Salud divino tesoro, una frase que se me ocurrió al pensar en la famosa escrita en 1905 por el poeta nicaragüense Rubén Darío, que como casi todos conocemos dice «Juventud, divino tesoro…» en su obra Canción de otoño en primavera.
Creo que la salud es el más grande tesoro que tenemos y que debemos cuidar y preservar ya que con nuestras decisiones diarias influimos sobre nuestro cuerpo.
Al elegir qué comer, que actividad física hacer y en qué medida, al optar por la calma ante cualquier situación evitando el estrés negativo, al meditar activamente tomando control de nuestros pensamientos, siendo optimistas y decidiendo ver el lado bueno de las cosas y el aprendizaje en toda situación, decidiendo liberar y perdonar y un largo etc. sobre todas las decisiones que momento a momento tomamos a veces sin darnos cuenta, de forma automática; es por ello que una toma de conciencia sobre lo importante de tener hábitos saludables.
Todas son decisiones que tomamos en el eterno presente y que repercuten en nuestro cuerpo el templo de nuestra alma y nuestro espíritu.
La juventud por su parte ¿es la edad o la actitud joven de la persona? Si es la edad no tenemos control sobre ello, y envejecer es el lujo de estar vivos y cumplir años, la única manera de no envejecer por lo pronto es morir joven, lo cual es un tema complejo.
Así la marcha nórdica y su practica habitual y su correcta ejecución es una maravillosa manera de mantenernos en forma y cuidando de nuestra salud, que es nuestra responsabilidad.